He plantado una rara semilla de Rosa magnética en este vergel en la nube con el fin de crear un lugar de encuentro para algunos de mis relatos y quimeras. Si te pica la curiosidad, aquí encontrarás alguna que otra muestra de mi trabajo como escritor. Te brindo la oportunidad de disfrutar con total libertad del color de mis ensueños, y firmar con un comentario si descubres algo de tu agrado.

viernes, noviembre 26, 2010

Donde los libros cobran vida

¿Qué experimentamos al leer un cuento? ¿Y una novela? ¿Qué sensaciones recorren nuestro cuerpo al pasar de página, cuando parece que todo esta perdido para nuestro héroe? Esas manchitas de tinta, que asemejan patitas de mosca sobre un lienzo de papel... esos personajes que parecen cobrar vida en nuestro interior cuando deslizamos la mirada por sus diálogos... Cualquiera diría que son preguntas fáciles de responder, máxime si eres lector (o planeas serlo) de este blog. Pero no todo el mundo sostiene un libro entre sus manos con tanto placer. Esta animación, realizada por los Andersen M Studios para el Consejo de Libros de Nueva Zelanda, va dedicada a ellos. Una verdadera exquisitez artística que representa muy bien la magia de la lectura.
La obra es Going West, de Maurice Gee.

RÉQUIEM POR UNA DECENA


Exactamente veinte años después de su indeseada cita fortuita con el Renault del 83 en su propio dormitorio, Joel se agazapó sobre una franja de césped.
    Le andaban pisando los talones. Afortunadamente había encontrado el lugar perfecto para ocultarse: la cripta. Pero debía tener cuidado si no deseaba perturbar el descanso eterno de aquellos fallecidos. Por lo general, los nobles no levantaban cabeza de muy buen humor; habían ganado demasiadas victorias montados sobre sus beligerantes corceles negros cómo para permitirse ser importunados por un simple difunto. Por suerte, hacía una oscura mañana plomiza y húmeda, y una espesa neblina se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Si se las apañaba bien pasaría totalmente inadvertido.
    "¡Perfecto! —pensó."
    Joel se apresuró pues a esconderse tras el cuerpo de un árbol fosilizado, cuyas ramas muertas proyectaban una tenue sobra gris sobre la bruma. Y, cuando aquellas criaturas se aproximaron, no dudó en tirarse a la hierba, ennegrecida a causa de los siglos asemejando pequeñas tiras de hollín, donde permaneció inmóvil. Como una roca. Ni siquiera se inmutó cuando, a su lado, una rana dio un áspero croar que, por el contrario, si alertó a sus perseguidores.
    —¡Ah! Qué susto. Sólo es un sapo.
    —¿A dónde habrá ido Joel? —preguntó uno.
    —Ni idea. Creo que en dirección a la cripta.
    —¿A la cripta? ¿Estás seguro?
    Joel se estremeció. ¿Le habrían descubierto?

jueves, noviembre 25, 2010

PAPALOTL


Cuenta la leyenda Náhuatl:
" Si quieres que un deseo se haga realidad,
debes contárselo a Papalotl la mariposa.
Como no emite ningún sonido sólo podrá
transmitirlo a Xochiquetzal,
diosa de la alegría y las flores.
Si pides tu deseo y liberas la mariposa,
este llegará al más grande de los cielos
y se cumplirá, te lo prometo."

Muerte
Lo último que alcanzó a ver antes de que su vista se nublara para no contemplar el final fue su mano contraída por la agonía, desgarrando el firmamento. Un punzante dolor atravesó su pecho, e invisibles garras negras le arrebataron el alma. Su malherido corazón se contrajo duramente en un último latido afín a un suspiro que se apaga, y después todo cambió.
    El joven guerrero Azteca cayó desplomado al suelo arenisco con los brazos extendidos asemejando una balanza. A su derecha soportaba el peso de una afilada espada teñida de rojo sangre, y a su izquierda cargaba con algo invaluable: nada menos que su propio destino.
    Pero algo extraño sucedía. Ligado a este último halló calidez, así como una sutil sensación similar a una intuición. Y, a pesar del desconcierto que le causó en primera instancia, el joven guerrero comprendió enseguida que era nada menos que la posibilidad de elegir, la oportunidad de tomar un camino distinto al recorrido hasta el momento... Una segunda oportunidad.
    «Lo deseo —pensó con su último aliento.»
    "El hombre desconoce si puede impedir que cada mañana salga el Sol porque prefiere limitarse a cerrar los ojos —escuchó una voz que parecía surgir del interior del propio astro—. Dime, ¿de verdad deseas cambiar aquello que ahora eres?"
    «Lo deseo —repitió con convicción.»
    Hubo un breve silencio, tras el cual oyó:
    "Bien, que así sea pues."
    Y de aquel modo, a las puertas de una muerte violenta y precoz, el joven guerrero Azteca fue sentenciado a vivir la vida que él mismo había elegido. Después, como una vela que se apaga o una piedra que se hunde en el estanque, fue desapareciendo del mundo hasta convertirse en un lejano recuerdo de lo grande que fue un día.
    Ahora nada volvería a ser igual.

martes, noviembre 23, 2010

CAFÉ CON LECHE


Amigo mío, ya no me cabe la menor duda: esa chica es la mujer de mi vida. No me preguntes cómo lo sé, pero estoy convencido de que no me equivoco. Es algo instintivo. Incluso sería capaz de poner la mano en el fuego y gritarlo a los cuatro vientos:
    -¡Esa chica es la mujer de mi vida!
    Tan sólo existe un pequeño problema...
    ...y es que aun ignoro cómo se llama «esa chica.»
    De acuerdo, lo admito, en realidad la conozco algo menos de lo que me gustaría. Pero dime, ¿nunca has tenido esa sensación tan peculiar? Sí claro, ya sabes a cual me refiero, cuando estás junto a alguien y el tiempo parece detenerse. Pues bien, desde que la vi por primera vez a mi me ocurre constantemente. Todo mi universo se vuelve de color de rosa, y un agradable cosquilleo me recorre la espalda. En ocasiones incluso he llegado a pensar que es como si nos conociéramos de siempre, o como si hubiéramos compartido algo muy importante en otra vida.
    Quién sabe, tal vez sólo me esté volviendo loco... Además, no entiendo porqué le doy tanta importancia a un asunto de aspecto tan esotérico; jamás he creído en otras vidas, tampoco en el destino. En cambio, ahora tengo la sensación de que sería capaz de jurar ante el mismísimo infinito que esa chica es la mujer de mi vida...
    Sólo que ella aun no lo sabe.

lunes, noviembre 22, 2010

LAS AMABLES GARRAS


Lo primero que has de saber es que esta historia, como tantas otras en el mundo, no tiene explicación ni final. Al menos yo no se la he encontrado. Incluso es razonable pensar que en alguna parte de este, nuestro vasto universo, una solitaria niña haya podido vivir algo semejante a lo que aconteció mi querida Karen a sus diez años; y es factible pensar que, tampoco ella, alcanzará nunca a comprender qué o porqué sucedió. Si aun sigues deseando conocer un relato que puede que jamás acerque respuestas a tus dudas, adelante. Yo me lavo las manos.
    Todo comenzó una noche de lluvia como tantas otras, cuando Karen se asomó a la ventana. Tuvo especial cuidado; procuraba no hacer ruido para no despertar a su mamá, que dormía a pierna suelta en el piso inferior. Por aquella misma razón su desorganizada habitación permanecía a oscuras y la niña iba de aquí para allá en cuclillas, ensuciando de polvo sus calcetines blancos. Apoyando sus rodillas sobre la repisa de madera, estiró su cuerpo a fin de asomar la cabeza por el pequeño resquicio de la ventana.
    De inmediato, una brisa gélida le propinó una bofetada en el rostro, y Karen se arrebujó en su batón de lana. Optó por recogerse el cabello con una goma para impedir que ocultara su lindo rostro de nariz respingona al inclinarse hacia la calle. Después, únicamente guardó silencio y contempló la estampa que se divisaba desde su ventana con melancolía.

domingo, noviembre 21, 2010

EL SUSURRO DE LOS SUEÑOS




Una noche más, guarecido de la dilatada sombra del crepúsculo que presiona mis parpados con perfume de nostalgia, y poco antes del hermoso amanecer que teñirá las nubes del éste de colores carmesí como pinceladas de acuarela sobre un lienzo desabrido, siento algo que no alcanzo a comprender girando en el interior de mi cráneo. Acaricia tiernamente mis ideas con tacto de seda; susurra palabras a mi oído que me hacen sonreír; recorre mi cuerpo como la estática y excita la frágil membrana que me separa de esa desamparada realidad a la que no desearía regresar.
    No, si no es con mis dedos enlazados a los tuyos.
    Una noche más, en la soledad de mi aciago dormitorio, mi cuerpo físico yace preso de las sabanas, cautivo por asfixiantes sogas que mi mente solo puede desasir cuando pienso en ti. Por un instante experimento miedo; la oscuridad de mi mente presiona mis pulmones e intenta detener mi corazón. Me pregunto: ¿por qué tanto empeño en acallar mis latidos? ¿Los celos alimentan su sed? Sed de soledad. Pero entonces se dibuja tu perfil en el horizonte y comprendo que, a pesar de cualquier mal, todo estará bien. Las preocupaciones ya no existen. La oscuridad se repliega a su gélida cueva subterránea, donde no puede alcanzarme.
    Te vuelves hacia mí con una dulce expresión que me embriaga de quimeras y deseos. ¿Tus manos?, extendidas, para acariciar las líneas de mi rostro. Son frías y delicadas. Siento el tacto de tus yemas recorriendo el contorno de mis labios. Y tu cabello, liso, tan bonito y agradable al tacto, centellea como una laguna negra besada por el fulgor del ocaso. Pero son tus ojos, poseedores de una magia capaz de hechizar los cielos, los que liberan mi esencia de todo raciocinio mundano o banal preocupación y me sumergen en el estanque de tu infinito afecto.
    'Aquí no has de pensar, solo de sentir' musitas.
    Una noche más, amor mío, te he vuelto a encontrar allí, en mi utopía intangible, donde solo podemos vernos tu y yo.
    Y aun así te extraño.